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Estrategias terapéuticas para el manejo de la depresión

Los pacientes con diagnósticos de enfermedades crónicas padecen afectaciones tanto físicas como psicológicas debido a factores como la medicación y el estrés generado por el diagnóstico

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Los pacientes con diagnósticos de enfermedades crónicas padecen afectaciones tanto físicas como psicológicas debido a factores como la medicación y el estrés generado por el diagnóstico. Por lo tanto, es importante realizar un adecuado abordaje psicológico a través de estrategias terapéuticas eficaces para el manejo de la enfermedad en relación a la aparición de la depresión, con el fin de contribuir a factores como el mejoramiento de la calidad de vida y autopercepción de la enfermedad, entre otros.

Enfermedad crónica y depresión

Los cuadros depresivos y los síndromes dolorosos pueden estar relacionados y pueden potenciarse. Aunque no está demostrado totalmente, hay una relación causa-efecto y es muy frecuente la ideación suicida entre los pacientes cancerosos con dolor (Gilbert, 2006). Dado que la autopercepción de funcionalidad en el paciente crónico disminuye debido a los diferentes cambios que trae consigo el manejo de la enfermedad: la asistencia frecuente a centros hospitalarios, la toma rigurosa de medicamentos que en su mayoría tienen repercusiones, no solo físicas sino emocionales, pueden llegar a ser precipitantes de la aparición de la depresión.

La depresión se puede manifestar por síntomas emocionales y físicos. Entre los síntomas somáticos se encuentran aquellos como: el dolor de espalda, las cefaleas, pérdida de energía, cansancio y alteraciones gastrointestinales. En cuanto a los emocionales se pueden encontrar la ansiedad, irritabilidad y rumiación del pensamiento, entre otros. Un estudio epidemiológico reciente del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), mostró que pacientes con ansiedad y depresión presentaban síntomas dolorosos, especialmente las mujeres. De igual manera, este tipo de síntomas en la depresión podrían deberse a un aumento de la susceptibilidad a la disforia psíquica y a una tendencia a magnificar la perdida de la funcionalidad física debido al estrés psicológico. Según Gilbert (2006), esto podría ser una respuesta comportamental mal adaptativa a un dolor que se sufrió al principio y que luego desapareció y, una segunda posibilidad, es que el dolor haya sido el desencadenante o agravante de la depresión.

Insuficiencia renal crónica

Según Torres (2003), la insuficiencia renal crónica (IRC) es definida como un problema de salud pública a nivel mundial, dicha enfermedad generalmente no muestra síntomas tempranos sino cuando se presenta una insuficiencia renal irreversible, que conlleva a posibles procedimientos de diálisis (hemodiálisis) y trasplantes de riñón. Se ha demostrado que los pacientes que presentan IRC, sufren afectaciones a nivel social, psicológico, económico, entre otros. Lo anterior basado en un estudio realizado en España cuyos resultados arrojaron que los pacientes en tratamiento de hemodiálisis no solo presentan afectaciones a nivel físico, sino en el estado emocional y el grado de funcionalidad, interfiriendo en las actividades diarias y en su calidad de vida; según Seguí, Amador y Ramos (2010) la desesperanza, la depresión y el grado de preocupación, pueden ser consecuencias de esta disminución significativa de la calidad de vida.

Recomendaciones para superar la depresión

Realiza actividades que antes de tu depresión te satisfacían. Uno de los síntomas  de la depresión es la anhedonía, es decir, la incapacidad para disfrutar plenamente de las actividades, lo que lleva a la persona a la inactividad y a retroalimentar la depresión, por tanto el hacer actividades agradables te ayudará a mejorar y a alcanzar cierta satisfacción y mejorará tu estado de ánimo. También puedes añadir nuevas tareas que podrías ejecutar en solitario o acompañado y que has ido dejando por falta de tiempo, pereza u otras causas.

Realiza ejercicio físico, no hace falta que hagas ejercicio físico como si fueras un deportista de élite, haz ejercicio conforme a tus posibilidades físicas (caminar, natación, gimnasia de mantenimiento, pilates, yoga…). cuando realizamos deporte segragamos endorfinas, sustancia que influye positivamente en el estado de ánimo, relaja favoreciendo el descanso nocturno y te sentirás más vital.

Rompe con la rutina. Si nuestra vida es rutinaria es posible que esto nos pueda llevar a perder la motivación a la hora de hacer las cosas, ya decíamos antes que realizar actividades es muy beneficioso para la depresión, también cambiar nuestra rutina habitual pude serlo. Intenta cambiar la manera en que haces tu trabajo, intenta conocer personas nuevas, cambia de trayecto a la hora de ir y volver a casa.

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